Es considerada la raza pionera de
la ganadería argentina. Todo comenzó cuando John Miller introdujo desde
Inglaterra el primer toro puro, el famoso Tarquino, para la estancia “La
Candelaria” (Cañuelas, Provincia de Buenos Aires), con el objetivo de lograr el
mestizaje con el entonces existente ganado criollo. Su difusión fue tan rápida
que se convirtió rápidamente en la raza más popular de la ganadería bovina
argentina y lo fue durante más de un siglo, hasta los años 50 del siglo XX, cuando
cedió lugar ante otras razas, como los Angus o Hereford.
Se originó en Durham (Inglaterra)
y su nombre en inglés significa “cuernos cortos”. De tonalidad marrón o
colorada en la mayoría de los ejemplares, existen también animales totalmente
blancos, y no es rara la tonalidad “rosilla”, una mezcla de blancos y
colorados.
La raza tiene hasta cuatro
variedades, la de carne, la variedad lechera (que también tuvo bastante difusión
en Argentina hasta la primera mitad del siglo XX, hoy prácticamente desaparecida),
la Polled Shorthorn (mochos naturales) y la Shorthorn Red Lincoln, estas se
clasificaban aparte y estuvieron presentes en Palermo hasta fines de los 70.
En la Rural de Palermo llegó a tener más de trescientos animales expuestos y ocupaba un pabellón entero. Ya en los años 70 su número se redujó a 60/70 ejemplares por muestra, a veces, incluso, por debajo de eso, y estaba en el pabellón 3, siendo la primera de las razas expuestas desde la entrada que daba a la pista central. En la actualidad, ocupan el lugar del Pabellón Amarillo, cercano a la entrada de Cerviño.
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